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Acceder al mercado chino significa apuntar a uno de los pocos motores económicos mundiales que aún crecen. Pero esta ambición requiere tiempo, inversión comercial, presencia local... y una precaución legal que a menudo se pasa por alto.

¿Qué hemos visto? Empresas francesas y europeas bloqueadas tras años de esfuerzo: productos incautados, multas de varios millones de euros, prohibiciones de venta e imposibilidad de utilizar su propia marca en China.

En algunos casos, empresas chinas han registrado legalmente marcas europeas mal protegidas. ¿Su actividad? Captar nombres de marca, luego exigir dinero, bloquear la comercialización o, peor aún, iniciar acciones por falsificación… sin ningún recurso posible, porque el registro original fue omitido.

Hemos visto empresas perderlo todo, no por mala fe, sino por falta de una estrategia de propiedad intelectual adaptada al contexto chino. Otras, mal orientadas, tuvieron que enfrentarse a procedimientos complejos, a veces manipulados, dentro de un marco legal cambiante que exige vigilancia activa y presencia local.

Nuestra motivación es sencilla: hacer accesible este inmenso mercado, sin ingenuidad ni exageraciones. Simplificar trámites que a menudo se presentan como inaccesibles. Ofrecer un precio justo donde otros exageran. Nuestra misión es sanear el desarrollo comercial mediante la protección de marcas, el respeto a la propiedad individual y la anticipación de los riesgos reales. Nuestro papel es asegurar el futuro de nuestros clientes en China.